Hoy cerramos un 2020 muy duro para la humanidad y las buenas noticias no abundan. Sin embargo, para los amantes del fútbol femenino venezolano es muy gratificante encontrarnos con algo muy ilusionante: Deyna Castellanos está triunfando en su primera experiencia como futbolista profesional. Ella comenzó el año debutando en la Liga Iberdrola y su inicio fue lento, sin goles y con pocas oportunidades de jugar (siempre entró de suplente). Luego, llegó la pandemia y cerró el telón de la temporada 19-20. Ello supuso un reto para Deyna que aceptó: mejorar sus prestaciones desde casa. Al regresar, llegó más fuerte y rápida, y se le dio la oportunidad de ser titular. ¿El resultado? 7 goles, 5 asistencias y la alegría en su rostro, porque se sabe parte importante del equipo.
Realmente, yo tenía cierto temor de que jugar en la categoría mayor pudiera afectarla. Miles de casos hay en el fútbol de estrellas en las categorías menores que luego de llegar al profesional se hunden en la nada. Gracias a Dios, Deyna salió de ese “slump” como mejor lo sabe hacer, con goles y con una faceta como asistidora que no es nueva, pero que pocos resaltan de ella. Yo creo que cuando ella hace llave con otra delantera logra muy buenos resultados (Gabriela, Daniuska y ahora Ludmila). Al parecer, la dupla le sienta muy bien y sólo hace falta que ese buen ritmo lo lleven hasta la Women Champions League.
Sólo una cosa te pido, Deyna: suelta la magia. Tú no eres lo que eres sólo por golear, sino por la calidad de tus goles, de tus jugadas, de tus regates. El fútbol femenino necesita de tu fantasía, de tu irreverencia, porque ese tipo de juego es el que levanta a la fanaticada de sus asientos. Haznos vibrar como esa tarde en Cabudare, o como en los mundiales sub 17. Sé tan mágica como te lo imagines y nuestra felicidad será completa.
Seguiremos tus pasos en la Iberdrola junto a las otras paisanas, esperando que tus logros y los de ellas nos llenen el corazón, tan golpeado este año por los sinsabores.
Con mis
deportivos saludos.